En el convulso panorama político de Argentina, el ascenso meteórico de Javier Milei a la presidencia genera ondas de shock a la sociedad latinoamericana, pero de manera particular para las mujeres. Es claro que un personaje como Milei resulta polémico por sus abiertas declaraciones misóginas y antiderechos, por lo que este resultado despierta no solo preocupación, sino también una profunda intriga de las dinámicas sociales que permitieron que un hombre que es capaz de argumentar “no voy a pedir perdón por tener pene” cuando se le cuestiona por su agenda en materia de género, alcanzara la máxima posición política en la República de Argentina.