Quizá el mayor de los males de los gobiernos de izquierda y con más precisión de los gobiernos latinoamericanos de izquierda es el pragmatismo. Movimientos gestados desde lo popular, que consiguen enconar de manera digna de estudio las dolencias sociales y que dentro de su composición se juega la esperanza democrática de pueblos mayormente ultrajados y saqueados terminan siendo superados por el pragmatismo.