Puede que cuando estés leyendo estas líneas todo haya terminado y ya se conozca el destino del sumergible Titán y de sus cinco pasajeros, pero cuando escribo estas líneas, las esperanzas todavía viven y los decenas y decenas de rescatistas que peinan la zona de la desaparición a bordo de aviones, barcos y otros aparatos estrechan el cerco sobre la zona donde se han escuchado ruidos de forma repetida desde el martes en la noche.