La lucha por desvanecer los estereotipos y desigualdades que el patriarcado ha confinado para las mujeres pareciera ha terminado, por momento, o se ha difuminado en la aparente modernidad. Pero, mientras que en mujeres blancas seguimos encontrado descripciones como “carita de ángel”, en mujeres morenas encontramos cosas como “morena de fuego”, el capitalismo nos ha vendido a las mujeres de complexión europea como “el cuerpo de la elegancia” mientras que la complexión latina es de “curvas peligrosas”, y así un sinfín de caracterizaciones impuestas entorno al tabú de la virginidad.