Seis normalistas de Ayotzinapa de los 43 desaparecidos terminaron entre la noche del 26 de septiembre y la madrugada del 27 de septiembre de 2014 en un lugar que llaman la Bodega Vieja en Iguala, Guerrero, donde permanecieron cuatro días vivos, hasta que fueron entregados al coronel José Rodríguez Pérez, entonces comandante del 27 Batallón de Infantería en Iguala, y quien habría dado la orden de ultimarlos y desaparecerlos.